
Tus caricias me colmaron
y frenéticas tocaron
mis latitudes revueltas
de amores siempre presas
preñadas con tu encanto.
Y se posaron tus labios
luego de andar mundanos
sin buscar más horizontes
cabalgaron por mis montes
con las mieles destilando.
.
Fue la gracia que un momento
tan cargado, tan intenso
de amores impaciente
y en la magia de la mente
me acercaba un poco a Dios.
Adalgisa M. Suriel Pérez©
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