
Deja que acurruque tu tristeza aquí en mi alma
Y con pétalos de amor beba tus lágrimas
Esas que no deja desbordar tu orgullo
Y claman a gritos mis arrullos.
Déjame sentirte como niño en mi regazo
Y darte las caricias que hasta ahora te han faltado
Esas con ternuras que de madre no llegaron
Y huérfano de amor, sin emociones te marcaron.
Deja que mi amor sea tu meta, sea tu anclaje
Y plasma en tus huesos con esperanza mi tatuaje
Ese que te anuncie cada día que soy tu sierva
Y que feliz te quiero, que la vida te diera.
Deja tu dolor que haga eco en mis adentros
Y déjame ser como un fénix con tus besos
Esos que mujer un día me sorprendieron
Y fueron cadenas de amor, mi cautiverio.
Deja que esa cárcel sea ahora nuestro lecho
Y desgrana de a poquito tus racimos en mi pecho
Esos que tú sufrir escondes con la tierra
Y son deseos, pasión, frenesí que te cuelga.
Deja que gane la alegría y no las penas
Y la ilusión camine dueña por tus venas
Eso es la vida: de ser feliz fórmula no existe
Mírame a mí, con tantos golpes, reparto aliento y no estoy triste.
Por; Adalgisa Suriel
(Todos los derechos reservados)
Ada, querida, tus palabras desbordan ternura. Todos tenemos tristezas y penas, pero palabras como estas permiten mantener intacta la ilusión y el optimismo. Gracias por tu dulzura, por tu cariño y por estos bellos versos. Beso tu noble alma,
ResponderEliminarV.